Arte y fuga

https://www.excentrica.ar/wp-content/uploads/Negroni-foto-por-Andrea-Knight-1-1.jpgArte y fuga

Tres poemas de María Negroni

I

(intrada)

 

 

 

el otoño

hace cantar al amarillo

 

hoy es domingo   llueve

 

está abierto

el jardín cerrado

de la palabra nunca

 

digamos

que un ruiseñor incierto

como reflejo oscuro de la nada

cruza el lenguaje

 

oiremos

si prestamos atención

 

si damos los besos que caen

adentro del asombro

cuando el asombro inventa

el contrapunto de su nombre

y se recuerda

 

te amo

llueve en la ciudad extranjera

 

nada—dijo el rabino de Praga

sino una flecha de agua

conduce al ruiseñor

 

digamos que el fracaso

lo hace cantar

 

que en la escritura esquiva

de lo humano

avanza un barco

enamorado del río

que lo pierde

 

vendrá tu cuerpo amor

y tendrá la ausencia

 

el Deseo—dijo el rabino de Praga

hace existir

la irrealidad de todo

 

no hay más recurso

contra la huella imperfecta

de las cosas

ni más inspiración que el infinito

proyecto de ser Nadie

 

está embarcada la noche

 

el amarillo

no ha dejado de soñar

navega         en lo extranjero de sí mismo

atento a las miguitas que dejamos

como una luz privada

en el asombro

oscuro del poema

 

el arte es una fuga—dijo el rabino de Praga

hay que inventar lo que somos

cuando el otoño imanta

la palabra nunca

y entonces eso habla

como un agua virgen habla

como una música abierta

y nos enseña a morir

 

 

 

II

(iconatemporata)

 

 

 

alguien llama

alguien esconde un fuego

en medio del bosque y llama

 

oh no

no es la Poesía

 

es apenas

la urgencia de esperar

eso que siempre estuvo allí

interminablemente escrito

bajo la sed que escribe

 

llueve en la ciudad sin nombre

la palabra cuerpo existe

¿de qué hablan los sueños un domingo?

 

alguien llama

alguien dice que no        o que sí

o tal vez nada

y en esa nada hace existir

lo que sería

 

¿estoy allí?

 

no sé

no contesto

 

mi oscuridad desnuda

y no me reconozco

 

hay que seguir en el bosque

siempre no hubo más

que claros vacíos

 

miguitas

en la palabra noche

de la noche

como una luz serena

para esperar que llegues

 

está despierto el río

está encendida la infancia

entre la sombra y el vuelo

 

oh no

no es la Visión interior

 

ni siquiera es un barco

entre los rascacielos

 

es apenas

un animal más lento que el lenguaje

abocado

sólo a lo que es

 

quién me dará la música

quién me dará la mano

si ni siquiera estoy allí

 

una a una

mis flechas invisibles

se disparan

 

lentísimamente el fuego

reducido a aquello que será

y las hojas temblando

casi

 

 

 

III

(petitechronique)

                                  

 

 

nunca se sabrá

cómo la sombra

se tragó la luz

en un lugar tan pequeñito

 

nunca se sabe en un lugar así

si no es mejor

morir

 

no molestar a nadie

menos que nadie a Dios

 

no exageres

¿no querías acaso ser Nadja?

más o menos

siempre más o menos

te ordeno ser Nadja más o menos

 

la poesía

tiene que ver con eso

cómo encontrar

un caracol imperfecto

 

cuidado

la ambición

te puede causar

una úlcera

 

no es mucho

no es demasiado

el miedo siempre igual

a sí mismo

 

te ordeno que te calles

te ordeno que no busques

sino aquello

que no te alcanzaría

 

¿quién inventó la distancia?

¿quién dijo el otoño

renacerá siempre cada vez más rojo?

 

nunca se supo

jamás se sabrá con certeza

cómo en el pecho de esa prisión

avanzaban

dos niños viudos

dos novios huérfanos

más altos

que un territorio invadido

 

iban

como quien vuelve

mejor dicho volvían

sin tener idea

sin tener la más remota

idea

de la sombra

 

te ordeno que no tengas

una úlcera

sobre todo

si se parece a Nadja

en la prisión del sueño

de Breton    qué miedo

 

a veces no es tan malo

a veces

te perdonan

el premio es una tumba

al lado de Mamá

 

nos sentimos honrados

¿por qué no?

 

ahora que hemos vuelto

con lo puesto

y avanzamos

por el reverso de la luz

más altos que Hansel y Gretel

más despavoridamente

 

ingratos

negroni-foto-por-andrea-knight-1-1

María Negroni (Rosario, Argentina) publicó dos novelas, El sueño de Úrsula y La Anunciación, y numerosos libros de poesía, entre ellos La jaula bajo el trapo, Islandia, El viaje de la noche, Arte y Fuga, La Boca del Infierno, Cantar la nada, Elegía Joseph Cornell y recientemente Interludio en Berlín. Publicó asimismo varios libros de ensayos: Ciudad Gótica, Museo Negro, El testigo lúcido, Galería Fantástica, Pequeño Mundo Ilustrado, La noche tiene mil ojos y El arte del error, así como también numerosas traducciones. Su obra ha sido reconocida con importantes premios, y traducida al inglés, francés, italiano y sueco. Su último libro publicado en Argentina es Cartas Extraordinarias (Alfaguara, 2014). Actualmente dirige la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Tres de Febrero en Buenos Aires. (foto de Andrea Knight)

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Excéntrica