Tres poemas de Máquinas de duelo, de Sabrina Barrego

Tres poemas de Máquinas de duelo, de Sabrina Barrego

 

Compartimos tres poemas del último libro de Sabrina Barrego, Máquinas de duelo, publicado en 2022 por Falta Envido Ediciones.

 

Creo que a mí me brota

el mal humor

como a los frutos

de una damasca

que ya nadie cosecha.

 

Cada herida es autosuficiente,

se encapsula en un botón

diminuto, imperceptible,

donde se hincha el dolor.

 

El dolor es un brote

como este,

dentro del diente de un ajo;

para cocinarlo

se remueve ese capullo

con un cuchillo afilado

y se lo desmadra.

 

Desmadrar:

el último término

que mi madre me enseñó.

 

 

*

 

TOC TOC :

él abre la puerta.

Una mujer pasa

y, después, otra.

Lo que una vez pasa

puede seguir pasando.

 

Imaginamos

un objeto,

una sustancia,

un estado,

una acción,

una experiencia,

una persona,

un sentido.

 

No importan.

 

En realidad,

lo que deseamos

es la sensación de alivio

cuando se llega allí.

 

Lo que deseamos

es descansar

de la sospecha.

Buscamos dejar

de buscar:

anhelamos.

 

Desilusión tras desilusión

descubrís que ninguna cosa externa

es capaz de ponerle fin al ciclo.

 

Nada fuera

de nosotras.

 

Reconciliada con vos misma,

te das cuenta de que esto es

lo que siempre habías deseado

desde el primer momento.

 

Acá, ahora,

siempre tan cerca y

en la dirección equivocada.

 

 

*

 

PERDONÁ QUE LO DIGA, PERO COGER NO ES NADA. PARA LOS DIOSES, PARECEMOS PERROS. Y SIN EMBARGO MIRAN [MARY RUEFLE]

 

¿perdiste

documentación vital?

¿te mudaste?

¿te atardeciste

sentada en el capó

de un viejo auto

contemplando los trigales

(así de amarilla

es la pampa)?

¿te bañaste

en un tanque australiano?

¿cuidaste de una yegua?

¿te excediste con su avena

y saliste picando

al galope?

¿peinaste en una

terapia intensiva

el cabello

blanco,

desde muy temprano,

de tu madre?

¿te lo reprochó?

¿atendiste un parto

de un bebé

o de un ternero?

¿saludaste al tren?

¿visitaste en la cárcel

a un ser amado?

¿intentaste coser

o rezar?

¿buscaste lo eterno

o la manera

de despertar

sin sentir

ya más la muerte?

¿atropellaste a un perro?

¿te atropellaron?

¿mataste para comer?

¿con qué sanaste

los moretones

de tus muslos

después

de los inyectables?

¿sentiste miedo de quedarte

dormida?

¿pasaste hambre?

¿te escribieron cartas?

¿le escribiste a tu bebé

en caso de no lograrlo?

¿viste llorar a tu padre?

¿cuántos amigos perdiste

esa vez?

¿bailaste morenada

borracha de chicha?

¿pasaste una noche

en la guata

de la serpiente?

¿te heriste la planta suave

de un pie

con la espina del algarrobo?

¿te curaste sola

con llantén?

¿aprendiste a nadar

desnuda

en un canal?

¿despertaste

por la mañana

con el olor a hinojo

recién regado,

a manzanilla?

¿comiste patay?

¿robaste granadas?

¿cosechaste ciruelas?

¿miel del panal?

¿preparaste después el dulce?

¿amasaste el pan?

¿le suministraste morfina

a un niño?

¿sobrevivió?

¿practicaste el abandono?

¿contaron los lunares

de tu espalda

en la vía láctea?

¿llovieron en vos?

¿rasguñaste a propósito

en el pecho de alguien

buscando provocar dolor?

¿él te cuidó en tu cautiverio

o cuando llegó la sangre

o cuando la sangre se fue?

¿atravesaron un incendio?

¿lo levantaste del suelo,

una y otra y otra  vez?

¿guardaron juntos

el sueño de tu hijo?

¿fuiste para alguien

un tema de amor?

¿un amor como el que

pueda aparecer

en los libros

que lee

o en los que escribe?

¿has sentido

en tu corazón

la caída inexorable del otro

como el desprendimiento

de una rama que cae…?

¿caíste como

desde un barranco

vos también?

¿te pidieron que

te quedases aunque sea

para vengarte?

¿cultivaste un jardín?

¿leíste a Virginia Woolf?

¿la entendiste?

¿construiste una casa?

¿un cuarto propio?

¿lo derribaste

y lo comenzaste de nuevo

hasta que, como a todo,

la devore la hierba?

¿sacaste la basura?

¿te burlaste del dolor?

¿y del horror?

¿qué poema

vas a estar escribiendo

a la hora de tu muerte?

 

qué pena si fuese malo.

 


 

Sabrina Barrego, Luján, Buenos Aires, 1987. Actualmente sobrevive en Mendoza. Fue antologada por Susana Szwarc en Puentes poéticos (DLG, 2018), por Silvio Mattoni en Poesía del estero (Secretaría de cultura de Santiago del estero, 2021) y por Elena Annibali en Poetas Argentinas 1981-2000 (Ediciones Del Dock, 2022), entre otros. Editó Trinchera por Ediciones culturales de Mendoza en 2019. Las hojas del otoño (audiolibro) plataforma mendozaencasa.com, 2021. Participó del festival Poesía ya! del CCK en 2022, en la categoría Poesía en voz alta y en el ciclo Poesía en la terraza del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Coeditora de la revista La intemperie Mendoza. Grabó el disco Poemas de amor junto a Tulpa, FLAI, 2022. Participa de proyectos de experimentación sonora. Este año se editó Máquinas de duelo en Falta Envido Ediciones (Tucumán).

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